Miley Cyrus está apurada por enterrar a Hannah Montana de una vez y buscar nuevos caminos profesionales alejado del arquetipo de niña-modelo-Disney que hasta ahora la elevado como estrella. Parece que la joven anda un poco cansada, que si Montana por aquí, que si Montana por allá. Y claro, sus perspectivas son cada vez mayores como para encasillarse.
No dudamos que el miedo a encasillarse pesa como una losa, pero no parece que lo esté llevando muy bien últimamente. O eso o es que anda de subidón:
Odio ser considerado como un producto. Yo no soy una muñeca y todo el mundo quiere tratarme como si lo fuera.Cuando tenía doce años este control estaba bien. Pero soy más mayor ahora. Tengo mi propia opinión y mi propio gusto.
Más claro que el agua vamos. Miley quiere zanjar su etapa de niñita Montana y ser la señorita Cyrus. Veremos como le sientan los nuevos aires y no se estrella. No es la primera niña promesa que con el cambio hormonal acaba derritiéndose.