A pesar de que la CBS especificó que las invitadas a los Grammy debían
de llevar vestidos más recatados y tapados, no todas supieron llevar la
norma a la práctica. Que se lo digan a Miley Cyrus, que causó un gran
revuelo por su vestido.
"Demasiado escote" aseguraron los
organizadores para describir su vestido. Sin duda dejaba poco a la
imaginación, y además era "móvil": durante la noche, se deslizó por la
piel de la artista en varias ocasiones descubriendo parte del pecho.
Miley
no fue la única que recibió reprimendas: Jennifer Lopez tampoco se pasó
de discreta, y apareció con un vestido de Versace que subió la
temperatura de los allí presentes. Sin prejuicios, Lopez se enfundó en
un vestido negro con una larga abertura en la parte derecha, que dejaba
ver toda su pierna.
Muy elegante, pero también provocativo. Para los estándares de vestuario de la cadena CBS, desde luego, inapropiado.
El
mensaje iba destinado a artistas como Rihanna, Katy Perry o Beyoncé,
que siempre que pueden aprovechan para mostrar sus cuerpos en la
alfombra roja. En esta ocasión, fueron otras las que llamaron la
atención.